22 de diciembre de 2010

LLUVIA



Lluvia. Sigue lloviendo con fuerza.

Corro para intentar seguirla. Arrastro la tristeza tanto tiempo que ya pesa. Pesa tanto que no puedo seguir a la lluvia.

Quiero desprenderme de ella.

Las máscaras se van cayendo sobre los charcos, una a una.
Quiero dejar de correr.

Paro sobre el asfalto y reconozco mi cara entre las gotas

20 de septiembre de 2010

La espera

La mujer se dirigió a una mesa libre que había en el centro del café y se sentó mirando hacia la puerta.

El lugar no tenía nada de especial, era de esos que luego no se recuerdan, un lugar de paso, frío y anodino. El murmullo de la televisión acompañaba a las pocas personas en estaban sentadas con desgana dentro, quizá por equivocación o quizá porque no encontraron un sitio mejor.

La mujer cogió el periódico que había en una de las sillas y se puso a ojearlo con distracción sobre la mesa. No quería que nada tapara su rostro. Necesitaba estar segura que sería vista cuando entrara a buscarla.

Se quedó dudando si pedir un café o una cerveza. Realmente no le apetecía tomar nada. Se quedo sentada sin decidirse. Vio que el camarero estaba mirando la televisión sin prestarla mucha atención.

La mirada de la mujer atravesaba la puerta como si quisiera abrirla, pero nadie salió ni entró durante una hora. Mientras, pasaba las hojas del periódico con ese desinterés que da la espera.

Estaba anocheciendo. El camarero se acercó a su mesa y con un gesto de amabilidad le cogió la mano.

-Elena, vamos a cerrar, váyase a casa.

Ella no ofreció mucha resistencia. Se levantó como si fuera algo que hacía habitualmente al oír esas palabras.

-Gracias, ya me voy. Quizá la semana que viene.

Sus ojos habían perdido la firmeza de antes. Tan solo quedaba la inquietud.

El camarero como todos los domingos desde hacía un año la acompañó hasta la puerta.

17 de abril de 2010












Frío que espesa y envuelve
entre las voces que miran.

Corre mi sombra
atravesando las calles por delante,
me escondo tras ella
y me pierdo.

Frío que espesa y oculta los sabores
los huesos duelen.

Te veo y siento
tu alegría me alienta.

Cambia mi mirada,
se torna cálida

y recupero la sombra

2 de enero de 2010

Frío

Atravieso el cristal,
diminutos trozos saltan y caen sobre el asfalto
mi sangre se vuele azulada,
deja de hervir, se congela con el frio

los recojo y pego
con la lengua despacio moldeo formas que están en mi memoria
me corto los dedos y sangro

busco el reflejo pero el cristal es frio, no es sedoso
ya no es transparente
recojo los restos y los dejo en el armario
y olvido.

9 de septiembre de 2009

Relato de verano

La primera de las chicas que se dio cuenta de su presencia fue Piedad. Las vio a primera hora de la mañana y silenciosamente, cerró la puerta dejando que se quedaran. Esperó unas horas para anunciárselo al resto y lo hizo a escondidas, en corrillos pequeños. La cara de todas al conocer su existencia fue de sorpresa que se convirtió al segundo en un gesto de contrariedad. Sabían lo que ocurriría si no actuaban en seguida pero no tenían las ganas para hacerlo.

Cada día alguna de ellas las veía pero sigilosamente se daban la vuelta mirando a otro lado. Ninguna hacía nada, esperando que fuera otra quien tomara la iniciativa .El sopor veraniego incitaba a la quietud y desidia.

El primer cadáver apareció a las dos semanas. Lo dejaron allí, Nadie se atrevió a quitarlo. El temor fue inundando el ambiente cargado por el sonido de teclados y ventiladores. No sabían cuantas había, ni en donde se escondían. Cada vez serían más.

Las chicas decidieron reunirse para hacer algo y eligieron a Elena e Inés para que fueran ellas quienes echaran el veneno. No se atrevieron y lo dejaron encima de la mesa, cerrando la puerta que se quedaría cerrada durante días. La cocina dejó de existir. Para ir al baño, todas daban la vuelta atravesando el corredor. Después de una semana volvieron a reunirse. Tenían que acabar con ellas. Habían venido con la nevera, tímidas y pequeñas, sin querer salir al principio reconociendo poco a poco en donde se encontraban. Ahora ya no se irían.

Insomnio



Miedo a cerrar los ojos
y que se vuelvan a abrir
en la noche quieta de silencios y sombras.

Larga espera de torbellinos y silabas
que entran y se quedan.

Muero en cada despertar,
pero despierto
vagabundeo entre prisas cotidianas
y no vivo, y no sueño.

10 de mayo de 2009

Closed Zone

Error en el sistema

8 de mayo de 2009

Mi hueso

12 de febrero de 2009

Poética

Sumergirse e invisibilizarse

Nudos y entrenudos atrapan junto anzuelos y aguijones
al soltarse, envuelven de nuevo

desde la oscuridad rastrear las caras, los olores, la luz de sus rostros... la sombra de sus mutilados cuerpos

pasado el primer momento, sólo esta el recuerdo
la sensibilidad se transforma en olvido
escapar y serpentear con precaución, lentamente hacia lo alto de la colina iluminada en la noche por la lámpara del faro

irse vaciando

en cada respiración desprenderse de la piel que recubre las heridas y envejecida se amontona en la cuneta formando figuras de polvo

serpentear y avanzar renovándose en cada golpe de luz.

quedarse dormida.
soñar y regresar al camino.

al alba la luz deja de girar
la nueva piel protege del viento

Ya no recopilo
Ya no acumulo

Solo tengo el papel en blanco

23 de enero de 2009


TITULO

Para Marieta

Oximoron dejó de vivir bajo las piedras
Xoromión prefirió seguir protegido por la sombra de los recovecos
Idolatrado por los invertebrados,
Manteniendo la calma del agua,
Obstruyendo sus deseos…

Recónditos sueños se dispersaron por las gotas de sal

Oximoron sentía el encierro de lo escondido
Notas de tristeza y silencio le acompañaron al alejarse.

17 de enero de 2009

En el bar


Virginia sentía pánico a estar sola y más todavía a pensar que la gente se diera cuenta. No era capaz de entrar en un bar y sentarse en una mesa a no ser que hubiera quedado con alguien, Tenía la sensación que todo el mundo la miraría con cara de pena riéndose a sus espaldas. Un día pensó que debía quitarse esa idea egocéntrica de la cabeza y decidió ponerse a prueba yendo a un café de Malasaña en dónde seguro seria más fácil hacer el ridículo. No tenía muy claro si llevar un libro, una revista o un cuaderno para escribir, ni tampoco el tiempo adecuado que podía estar sin llamar demasiado la atención. Optó por una libreta discreta. Era inútil que intentara concentrarse en leer nada con los nervios que tendría y siempre podía garabatear alguna tontería en caso extremo. Eligio la tarde del domingo 19 de octubre y entró con decisión en el café Ruiz .Se sentó en una mesa y con valentía pidió una cerveza. No sabia muy bien qué debía hacer en ese momento así que se dedicó a observar a la gente mientras esperaba a la camarera. Con la bebida ya en la mesa y dando sorbitos para que durara más, decidió que era el momento de sacar el bolígrafo y escribir algo. Un manotazo le tiró la cerveza encima. Solo alcanzó a ver una nariz que intentaba salirse del pelo que la cubría. Perdón, Lo siento. Te pido otra. No pasa nada.

Lorena intentaba siempre ocultar su cara con el pelo y cuando entraba en un bar se solía sentar lo más lejos de la barra y a espaldas de la puerta. Tenía la convicción que su nariz parmesana era demasiado prominente para poder tener un rostro armonioso. Le gustaba mucho ir la café Ruiz. Se había enamorado completamente del camarero. Alfredo era camaleónico, podía tener o cincuenta años o solo treinta cuando miraba con sus ojos azules de forma seductora. Lorena iba domingo tras domingo al café para ver esa cara curtida por el sol detrás de la barra y sentir la absoluta indiferencia con que le ponía el capuchino mientras ella procuraba tapar su nariz. Después, se sentaba en la mesa del fondo junto al espejo desde podía verle sin mostrar el rostro. Nunca se había atrevido a hablar con él.Hasta hoy que era su cumpleaños, 19 de octubre. Le diría algo. Se levantó decida a hacerlo y tropezó con el bolso de una chica pelirroja que tenia los ojos metidos en una libreta. Perdón, lo siento. Te pido otra. No pasa nada.

Después de un rato escribiendo Virginia levanto los ojos de la libreta. Un chico la miraba sonriendo. Se puso nerviosa. Con los labios le dijo: me llamo Ramón.

Ramón acostumbraba a sentarse solo cerca de la puerta. Solía pedir un café y desplegaba unas revistas de viaje encima de la mesa. Generalmente llevaba alguna bolsa de un gran almacén que dejaba caer sobre la silla como si acabara de llegar de compras. Le daba resultado lo de las revistas. Casi siempre alguien se paraba a preguntarle si podía ojear alguna, si tenía pensado viajar o si había estado en tal o cual parte. Este domingo estaba especialmente necesitado. Se cumplían seis meses desde que le habían dejado a través de una nota colgada en el tendedero.

Lorena mientras pagaba el capuchino balbuceo algo original del tipo me gustan tus ojos. Nada mas decirlo se arrepintió al instante, cogio el café y se lanzó a la primera mesa que encontró en su camino sobre la que había una revista de viajes de Burkina Fasso y una botas de piel de serpiente que se asomaban por debajo . Retiró una bolsa de Zara de la silla y se sentó colorada como un tomate .Intentado olvidar la visión de las puntas de piel le dijo al dueño de las revistas que justo este verano estaba pensando ir a Burkina Faso y que si por favor le podía contar algo. Ramón que no había estado en Burkina jamás le empezó a hablar entusiasmado lo maravilloso que era este país . Lorena sin escuchar nada se acordó de que tenia que taparse la cara y se preguntó si el color de su piel habría pasado en algún momento a un tono mas rosado. Ramón no dejaba de hablar, que si los elefantes, los safaris y los templos budistas. Mientras le contaba la travesía por río congo ya animado a mezclar cualquier sitio con tal de tenerla cerca pensó que debía hacer algo para llevarla a algún lugar más intimo. Más tranquila Lorena vio que el camarero había salido a la calle a fumar un momento y aprovechó para largarse .Ramón se quedo con los tés morunos del zoco de Burkina en la boca mirándola el culo mientras se alejaba. De reojo creyó ver una pelirroja obervándole. Aprovechó. Me llamo Ramón le dijo con los labios sonriendo. Toda nerviosa la chica bajo los ojos.

De repente unas carcajadas hicieron levantar a Virginia la cabeza del papel. En la mesa de al lado había tres chicas sentadas con unos cuadernos. Una de ellas tenía una polaroid y les estaba haciendo fotos a las otras dos. No paraban de reír y de mirar a todas las mesas como si buscaran algo. Al rato se callaron y comenzaron a escribir

4 de enero de 2009

Blancos y grises

Paisajes grisáceos, de tierra blanca. Yesos, calizas entre olivos y matorral mediterráneo con lavanda, tomillo y romero.., verdor todavía mantenido por la lluvias de las pasadas semanas.
A lo lejos se ve el muro, que, como gigante de roca separa a un pueblo de los derechos humanos.

Paramos el coche en el check point, en el punto en donde son las armas quienes deciden quien pasa y quien se queda. Vamos en un coche con matrícula israelí.
Podemos entrar, podemos salir.

Miro a la torreta de vigilancia, una ametralladora en la torre nos apunta desde lo alto y dos solados judíos registran el vehiculo con la punta de sendas metralletas colgadas de sus hombros con la naturalidad de quien lleva un bolso en bandolera, mirando hacia nosotros.

Nos invade la impotencia.

Salitre incrustado sobre la herida que escuece porque no se cierra.
Herida que no se cerrará hasta que la piel termina por caerse. Como un aguijón cada palabra y muestra de autoridad golpea con fuerza.

Pasamos el control. Estamos en Cisjordania, en los territorios ocupados, en tierra Palestina por derecho de sus habitantes.

El muro grisáceo con cabeza de alambrada nos acompaña. Los ocres empiezan a verse con la luz de la tarde. Nos miran las caras pintadas que con fuerza invitan a la lucha. Vamos camino de Hebron

13 de diciembre de 2008

Huellas




Son las cuatro. Oigo las campanas de la iglesia. El sol de noviembre todavía calienta una parte del balcón. La plaza esta vacía. Sólo árboles y bancos

Te estoy esperando sentada en el suelo sabiendo que me sentaré de nuevo en el mismo lugar cuando te hayas ido, dentro de una hora, quizá hora y media. Nunca más de dos.

Un chico con una bolsa de plástico atraviesa el parque levantando hojas con los pies. Le miro con la nariz entre los barrotes y pienso que me gustaría ser bolsa para que me lleven y me dejen y me recojan. Me envuelve un sopor casi feliz.
Por un momento quiero que no vengas. Me quedaría aquí quieta sólo respirando dejando que el sol me derrita.

El chico ha tirado la bolsa en el suelo que blanca e inflada flota mezclándose entre las hojas dirigiendo el remolino hacia mi portal.

Desaparecen mis pies y comienza a gotear agua a la calle. Me invade la pereza. Quiero seguir en el balcón.

Las piernas ya han comenzado a disolverse y se ha formado un pequeño charco en la calle. Son ya las cuatro y veinte. Hoy no estarás ni hora y media. En un minuto pasa por mi mente lo que haremos, lo que haré… seducirte desnudarme, complacerte… y yo?

Ya floto en el balcón. Voy cayendo sobre la cabeza de mi vecina, sobre el suelo. La bolsa está junto a mí, junto a las hojas mojadas.

Las cinco menos cuarto. Soy cabeza dentro de los barrotes y líquido por fin. El sol sigue adormeciéndome.

Te veo llegar. Puedo saltar, puedo no abrir la puerta. Solo estarás una hora .Al llegar a portal te empapas los zapatos y haces un gesto de contrariedad. Oigo el timbre y sigo en el balcón. Seducirte, desnudarme y complacerle... y yo?

20 de noviembre de 2008

Ida vuelta


Ella salio corriendo del metro. Se acordó que no había ni ascensor ni escaleras mecánicas y maldiciendo al alcalde por su desidia para invertir en la líneas antiguas, cogio la maleta y la cargó en sus brazos. Jadeando llego al vestíbulo y se dirigió deprisa hasta la zona de salida de pasajeros de las grandes líneas de Atocha. La puntualidad del Ave era germánica.. 2 minutos antes de partir se cerraban las puertas, ya lo sabía bien, no era la primera vez que hacia este recorrido con la misma sensación de rabia por no haber ido con tiempo. Por fin llegó al control. Había una cola considerable. La cinta de rayos X del equipaje estaba atascada sin moverse .Prefirió no mirar el reloj

Jaime entro en la estación con su parsimonia habitual. Compró el periódico y fue a tomar un café .Todavía tenia quince minutos. Leyó que en Madrid estaba lloviendo y se había inundado de nuevo la M30.Vaya… De repente le asalto una duda... no estaba muy seguro si al final había metido los zapatos. Recordó que los sacó para ordenar mejor la maleta y de esta forma evitar que se arrugara demasiado la camisa Se puso nervioso..No podía ser que los hubiera dejado en casa. Con solo abrir la cremallera se dio cuenta que la bolsa no estaba. Fijamente comenzó a mirar a su alrededor pero en Sans no había ninguna zapatería y el tren iba a llegar con la hora justa para ir a casa de Pablo y cambiarse. Tenía que estar a las ocho en la iglesia, Era el padrino. Se miro los pies, llevaba unas pelotas rojas de Camper.

Desde luego no era el día adecuado para pedirle a Pablo que le comprara unos zapatos faltando tres horas y media para casarse. Por un momento se le paso por la cabeza avisar a Marta… no era una buena idea No iba a ir a la boda y le había pedido que no la llamara. Resignado se dirigió hacia el anden, bajo las escaleras mecánicas y esperó en la vía.

Por fin le toco a ella poner la maleta en la cinta y pasar por el detector de metales.. Pito, el policía impasible le señalo el cinturón. Controlando sus nervios se lo quitó y volvió a pasar. Sonó de nuevo. Se acordó que tenía unas monedas en los bolsillos. Vía 11, dirección, Santa Justa, Sevilla. Tenia que salir de Madrid. Era la boda de Pablo y Jaime probablemente ya estaría en la ciudad desde por la mañana. Llego al mostrador exhausta. Una azafata le dijo muy amablemente que las puertas del tren acababan de cerrarse en ese momento. Con cara de pez se quedo de pie sin poder articular palabra. Puede dirigirse a las oficinas de atención al cliente para ver si hay sitio en el próximo AVE.

Jaime puso la maleta encima del asiento y cerró los ojos. Si hubiera salido por la mañana como tenia previsto.. pero hacia tan buen tiempo que había preferido dar un paseo por el mar aprovechando el dia libre que había pedido en el trabajo. Llegaron a su mente imágenes del ultimo viaje que hicieron juntos a Nicaragua.., Marta desesperada buscando por lo bares de Little Corn Island a alguien que les llevara en barca a Corn island para poder coger el avión a tiempo ... el mensaje entrecortado del suicidio de su hermana .. Al cabo de un rato llego con un hombre tambaleándose que se había levantado de una mesa llena de botellas. A él le entró pánico. Se acordaba del trayecto de ida, las olas, la lluvia Todos agarrados a los bancos con fuerza para no saltar del asiento de la barca colectiva.

Ahora ella había rehecho su vida mientras que él había seguido con la suya en la librería con los amigos de siempre .No hizo nada para retenerla.

-No hay plaza en el próximo tren a Sevilla. Quedan en el mañana a las nueve.
-Ya y ¿cuando es el siguiente tren con asiento libre?
-Mañana sábado, ya se lo he dicho, le dijo amablemente Iyomara , que era el nombre de la guapa chica de sonrisa inmutable ya fuera para decirte que si querías un café o también para mandarte a la mierda.
-Si, lo sé.. Me refiero al próximo tren que sale de la estación con plazas libre me da igual el destino.
Se puso a teclear muy deprisa durante minutos interminables. El tren que sale hacia Barcelona a las seis y media y media le parece bien?
-Barcelona????

Próxima Parada Puerta de Atocha. Jaime se levanto y cogio la maleta.

Marta fue hasta el andén. El AVE estaba entrando en la estación Se sentó en un banco y cerro los ojos. Todo el cansancio se le vino encima..Barcelona.. No había vuelto desde hacía un año, al regresar de ese viaje. .Recordó la cara de Jaime allí junto al bar, paralizado, mirándola mientras ella hacia beber al hombre un termo de café Era el único que había encontrado dispuesto a llevarles. Eso o esperar cuatro días a la colectiva. No sabia si su hermana estaba viva ,solo había podido entender que se había tirado desde la azotea del edificio Luego había perdido la conexión .Ya estaba anocheciendo cuando se metieron en la barca ..Se despidieron en la orilla.

Los pasajeros iban llenando la vía. …Marta¡¡¡¡¡¡¡¡¡ miro hacia atrás y le vio… con la misma sonrisa con la que apareció en el funeral diez días después como si no hubiera sido consciente de su cobardía . Indecisa, se levanto del banco y entro en el vagón que tenía justo delante. Sólo hizo un gesto con la mano.

26 de octubre de 2008

Recuerdos



Darien. Panama Octubre 2000


Orinoco. Nicaragua. Sep 2001



Santiago de Atitlan. Guatemala. Abril 2000

16 de octubre de 2008

En el cabo

Son la siete ...y me siento y observo y escribo. La gente se va yendo... despacio..., arrastrando los pies como si quisieran que se alargara el día mirando con tristeza hacia atrás para recordar estos últimos momentos . Aparece la arena mojada a medida que se vacía la playa.

Los últimos coches se abandonan en el camino entre las montañas ocres y reverdecidas por la ultimas lluvias Palmitos, pitas, acebuches y adelfas sacan sus brotes en pleno otoño .El castillo corona las dunas fosilizadas …crestas y rocas… piedras y cortados

Tras la tormenta, la bahía descansa ...las solas suavemente se van acercando hacia la orilla levantando espuma de forma sincronizada como búfalos corriendo.

Poco a poco las rocas se van llenando de cañas de pescar que como alfileres dibujan lineas y van cubriendo los recovecos y grietas. Los hombres se sientan al lado o se tumban y miran y no hablan y callan …rindiendo homenaje al final de la tarde. Unos cobertizos de madera descuidados y descoloridos guardan los hilos, los anzuelos y cebos en donde antes había barcas y redes.
Se mantienen en pie, firmes para mostrarnos que una vez existieron.

Ya no hace frío, ha pasado el temporal pero me estremezco y respiro. Miro hacia abajo … el agua hace remolinos en mi honor, sin dirección ni rumbo fijo vagando perdida buscando dónde estrellarse.

Atardece... el sol ya esta en mi espalda…quiero tirarme, y volar, y correr por la espuma.

3 de octubre de 2008

Instrucciones para nadar



Siento el agua fría. Estimulante y placentero momento .Sumerjo todo el cuerpo dejando el agua por encima de la cabeza. Me evado, mi mente comienza a vaciarse. . Me sitúo en posición horizontal, poniendo los brazos como si fueran a dibujar círculos por delante de los ojos y con las piernas en posición de rana me impulso hasta la mitad de la piscina. Saco la cabeza y respiro profundamente. Por fin estoy en el mar, imagino el cielo nublado, como si fuera a llover. Meto la cabeza y voy avanzando hasta la pared en la misma posición. UNO

Al llegar cambio la posición de las piernas dejándolas rectas para que se muevan como tijeras. Los brazos alternos, salen y entran del agua como aspas de molino a medida que saco la cabeza para respirar.Uno, dos, tres. Tomo aire por la boca girando a mi derecha.Uno, dos, tres. Respiro de nuevo. Izquierda.
Siento el sol en la cara a través del cristal. Uno, dos, tres. Vuelvo a respirar y llego al final DOS. Doy la vuelta .Uno, dos, tres.Respiro de nuevo. Las piernas coordinadas con los brazos impulsan mi cuerpo hacia delante.

Me siento como si fuera parte de las gotas que salpico y vuelo por el aire, hacia el acantilado donde apareciste tras haber pasado tres años de coma .Uno, dos, tres. Decidiste despertar,.dejar tu vida inerte y fuiste a buscarme
. Llego al final. CINCO.

Doy la vuelta con un mecánico y preciso movimiento controlando la respiración. El cuerpo avanza de forma armoniosa como si toda la vida hubiera estado danzando un vals. Van 15.

Giro y me coloco sobre el agua mirando hacia el techo empujando mi brazo izquierdo hacia detrás como si fuera un remo y sacara agua. Al entrar el brazo en el agua, levanto el derecho, Las piernas siguen en posición de tijera pero los movimientos son más cortos para hacer mas esfuerzo. Mantengo la espalda recta. Uno, dos. Cambia el ritmo, ahora no es un vals calido, a la altura de la escalera doy la vuelta. Uno, dos. VEINTE

Me acerco a ti. Te recuerdo que la piel siente. Refresco tus secos labios y regreso nadando a al orilla. Te quedaste de pie mirándome inmóvil.

25. Giro 180 grados. Respiro cada tres pulsos de la melodía. Uno, dos, tres. Siento cansancio. Cuando me di la vuelta ya no estabas. Al llegar a la pared me pongo de pie tocando con los pies el fondo de la piscina. Estiro los brazos hacia atrás mirando con al cabeza el techo y tras veinte segundos de estar en esta posición, salgo del agua subiendo por las escaleras.

2 de octubre de 2008

en ningun lugar



Me siento pájaro
las ramas vacías del invierno me acogen
me transformé ave para no hablar….
para no vivir los silencios que me parten y diluyen

Silencios agonizantes…silencios que reconfortan

Me siento pájaro
solitario y sin rumbo
viviendo la espera

Aprendí a hablar, aprendí a no decir
me dejo llevar por las corrientes
buscando recuperar las palabras perdidas.

Compongo frases que voy guardando
olvido el polvo y reconstruyo mi boca,
mientras, la soledad transcurre sin prisa

NUCAS NUNCAS

NUCA nunca

Palabras inconexas, separadas y unidas por la ene.
Con fijación obsesiva busco nucas
Cabezas inexpresivas, robots que caminan sin juntarse, sin tocarse.
Busco Nucas y me llegan nuncas

Mis pasos llevan a los pies por delante. Yo los sigo sin criterio. Tengo que mirar las nucas, pero miro al suelo, miro al cielo, miro a ambos lado, no dejo de mirar.Te busco pero no te encuentro. Se que estás pero no quiero verte.

NUNCA… Nuca
Las nucas caminan hacia delante. Se paran en luz roja, avanzan de nuevo con verde
Suben y bajan escaleras siempre por delante de mí, sin comunicarse, sin compartir ni gestos ni palabras.

NUCA… Nunca

Regresamos al olvido, volvemos a la nada, separados por la red. No volveré a tocarte, no volverás a tocarme. Me lanzo del trapecio, vuelo hasta ti, me agarras con fuerza y me sueltas dándome impulso para regresar. Todos los movimientos medidos con tu escala

Nunca… NUCA
Busco mi nuca con un espejo .Me imagino que alguien me sigue y me observa.Camino de frente a las caras. Al pasar a mi lado se convierten en nucas. No se giran, no se miran. A través del espejo veo los robots alejándose
Soy libre de moverme. Giro y me doy la vuelta. Cara… ahora, nuca

Nucas Nunca

El beso

Aunque pudiera abrir al máximo los poros de mi piel para que se saturaran de sensaciones, no igualaría a lo que sentí en esos momentos ….. Momentos que duraron horas, ..Momentos. en los que con nuestros besos recorríamos la historia a través de los sentidos.
Pararía el mundo para volver a sentirlo de nuevo. Está en mi mente pero tengo temor al sentir su potencia
¿Cómo puede el agua enamorarse del viento……….?

Atravesando....



Llegó el tiempo de salir del miedo
Los colores se esconden
Invierno de pensamientos,
de gélidos vientos
que despiertan las palabras

Llegó el tiempo de salir del miedo
de la presión por vivir…por hacer.. por querer..
que aplasta… hasta convertirme en hoja…
liviana… de tejidos secos

Llegó el reposo
la humedad pesa
me recoge el silencio de los troncos desnudos
calidez grisácea que tranquiliza
las pasiones hibernan

Llegó el tiempo de salir del miedo
llegó el regreso…

En el rio...

Me gusta venir aquí en invierno y compartir la soledad con el río al atardecer. Cierro los ojos sintiendo la luz húmeda que cae, la montaña nevada detrás de mis hombros y la fuerza del agua mientras avanza por las rocas transformándolas imperceptiblemente a su paso.

Me tumbo sobre la hierba mirando las ramas vacías. La mente huye. Recuerdo el río en otoño… te recuerdo.

Noto el sol sobre el cuerpo, mi piel se eriza. Comienzo a acariciarme entre los muslos, subo hasta el pecho y lentamente desabrocho los botones del jersey.

Con las manos comienzo a dibujarte. Empiezo por la cara. La recorro suavemente en el aire apenas rozándola con las yemas. Esbozo tus labios, que humedecen mis dedos, tu nariz, tus ojos, tus poros que respiran

Dibujo tus brazos y tus manos para que me puedas acariciar mientras me desnudas. Luego, la cintura, las piernas, los pies…. Nos tumbamos, nos besamos. Me pongo encima de ti, para sentirte dentro.

Me estremezco…los pezones se endurecen .Los aprieto con fuerza mientras bajo la mano frotándome el vientre. Descargas me atraviesan. Gimo guardando el sonido en la boca con miedo de que se oiga. ….Silencio. La luz nos regala los últimos instantes. Nos miramos mientras vas desapareciendo poco a poco.

Me acerco al río, y chapoteo lanzando el agua de un pie a otro. Grito de placer…, grito más fuerte. El aire frío acompaña al atardecer inmediato.

En la oscuridad cruzo el río y camino hacia casa.Tengo que preparar la cena. Hoy seremos tres…viene mi nieto.

ola


Calma… Va llegando, despacio... sin fuerzas
Dejando tras de si un suave ronroneo al compás de la respiración.

Al alejarse, se oye el crujir de las piedras que van quedando desnudas y se acarician eperando el regreso

mientras, manchas de agua se deslizan con pereza por la superficie
escalones de roca aparecen brillando tras horas de oscuridad.

Tiempo de luz,contrastes,sonidos tenues...Calma

Haikos


Efímera, desde la hoja
Emerge la flor en la pita
Anunciando su muerte

Viento sobre basalto
Agua, sol y arena
Gigantes guardianes de la roca

Camino y voy descubriendo
Se alejan, se acercan
Me siento arena

Inmóvil en la roca
Mi piel desnuda
Silencio a mi alrededor

Sombra soy
El agua llega
El viento cansado se aleja

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Viento y agua
Lenguaje sin palabras
De miradas cómplices

Se acarician y desean
En el rio helado
Siguen al silencio


Infranquealble
Cristal de ideas
encierra al viento

El agua duda
Resplandor ..fuego interno
Amor sin miedos

Historias mudas

Las historias mudas contadas por mi madre y mi abuela me acompañaron en mi infancia, El lenguaje de los signos no reflejaba la entonación ni la música de las palabras. Aprendí a comunicarme con ellos dibujando figuras en el aire. Me costaba tanto esfuerzo que sólo pude conocer las historias escritas, fuera de ellas, sólo estaba el silencio, esa quietud mortecina que me abrumaba.
Ahora me gusta esa sensación. Con el tiempo he aprendido a incorporarlo a mi vida pero con ocho años me envolvía de tal forma que quería escapar.

Recuerdo la tarde en que me di cuenta que el silencio me acompañaría para siempre.

Era noviembre y los días lluviosos transcurrían uno tras otro. Un día de tormenta la maestra nos sugirió que preparáramos para la siguiente clase historias habladas, de esas que no están en los libros, de las que no son iguales la segunda vez que las cuentan. Me acuerdo del terror que sentí. No sabía ninguna, sólo conocía las que se podían leer.

Esa tarde cuando salí de clase fui a buscar a Regina, seguro que la encontraría en el cerro con las ovejas. Regina congelaba los instantes de felicidad de las personas. Desde generaciones anteriores, todas las mujeres de su familia podían capturar momentos felices de los habitantes de Villardondiego. Cada persona a lo largo de su vida solo podía congelar un instante. Los más ambiciosos no lo hacían nunca .Una vez capturado el momento, se congelaba y guardaba en una caja que se enterraba bajo el pasto.

Los instantes congelados sólo se podían pedir una vez para volver a sentirlos. Tras abrirse la caja, salía el instante y se vivía de nuevo para después desvanecerse en el aire.

Cuando vi a Regina fui corriendo hacia ella.
-Necesito que me cuentes una historia
-No se ninguna.No conozco las historias que hay dentro de las cajas. No me pertenecen. Solo se pueden abrir si el propietario lo solicita…
-Pero….¿y no hay ninguna que lleve tantos años enterrada que ya no pueda ser abierta? La gente se muere, se va del pueblo… pensé con la esperanza que pudiera haber alguna abandonada y así tener algo que contar en el colegio.

Regina se dio la vuelta y se alejó caminando. Al rato regresó con una caja de madera. Toma, ábrela, es de tu abuelo. Me quedé mirando la caja y temblándome las manos no lo pensé dos veces.

La neblina cubre los troncos desnudos. Siento el viento helado. Sobre la nieve veo a mi abuela, joven, corriendo y girando su cabeza para mirarle.
Se congela la imagen, se atenúa el brillo de los colores cuando caen.
Me siento cerca de ella. Me introduzco en su mundo de sonidos mudos, de palabras escondidas tras manos que desesperadas intentan ser entendidas.

Andrea Romera

Mientas esperaba su llegada me puse a poner en orden mis notas. Poco sabía de ella. Solo me había dicho por teléfono que era periodista, que había oído hablar de la investigación que estaba llevando a cabo y que si por favor le podía conceder un par de horas para que charláramos. Estaba a punto de darle una excusa para librarme de ella cuando me dijo que buscaba a Andrea Romera la escritora. Le dije que podíamos vernos al día siguiente en el antiguo Café Comercial.

Ya estaba a punto de irme cuando vi que una mujer de unos cincuenta años de pelo corto color caoba con un abrigo abrochado con prisa se dirigía a mi mesa. Se disculpó por llegar tarde y me dijo que aunque no era su nombre, podría llamarla Susana, esa tarde. Le habían encargado que hiciera un reportaje sobre Andrea Romera en el año del centenario de su nacimiento. Había comenzado a escribir su biografía conocida por todos como figura relevante en el mundo de la medicina, pensando que no tendría mucho que aportar su trabajo. En la fundación que lleva su nombre estaba toda su vida profesional, premios, publicaciones y ensayos. Había intentado centrarse en Andrea de joven y en su vocación de escritora, pero no había podido encontrar nada.
Le pregunté si conocía a Los exasperados. Sólo a través de ellos podría averiguar más. Me miró con desconcierto. Le conté lo que sabía.

La primera vez que oí hablar de Los Exasperados fue hace un año, mientras llevaba a cabo una investigación sobre los movimientos literarios de principios del siglo XXI. Era la época en la que la globalizaron cultural se extendía por todos los continentes y en la literatura se observaba un cierto vacío de ideas. Existían sin embargo fuera de los circuitos de las publicaciones mas leídas en papel una serie de grupos que querían estar fuera de esta universalización en la forma de escribir y buscaban otra literatura. Después de unos meses de lectura no encontré nada que mereciera mucho la pena y decidí abandonar la investigación.

En esos días, me invitaron a la universidad de Buenos Aires a dar una charla sobre la comparativa entre estos movimientos en Europa con los que surgieron en la misma época en América latina. Un hombre después de la conferencia se acercó y me dio un paquete. Se alejo sin dejarme apenas hablar con el. Dentro del paquete había una copia de un estudio sobre Beckett firmado por Andrea Romera de febrero de 2008, varios textos suyos y de otras personas desconocidas para mi , así como un artículo escrito en junio de 2008 por Villa Matas, en el cual mencionaba el decálogo de Los exasperados en la creatividad de la nueva literatura. A partir de ese día centré mi estudio en este grupo.

Susana me miraba, algo en su cara me hizo dudar si realmente no sabía nada como pretendía aparentar. Decidí continuar de todas maneras

Los Exasperados eran un grupo de jóvenes que querían romper con la tradicionalidad en la forma de escribir. En un inicio lo constituyeron ocho escritores y un año más tarde el grupo se amplió. Andrea, la más joven de todos, fue sin lugar a dudas una de las que lideró la constitución y cohesión del grupo desde su inicio .En esa época Andrea empezó a trabajar como médica y se matriculó en la universidad para realizar una maestría sobre Literatura Comparada: Retrospectiva y Análisis. Tenía una gran capacidad para llevar acabo multitud de actividades paralelas.

Lo que no esta muy claro es como se conocieron. Parece ser que fue en julio de 2006 durante un seminario que impartía la poeta Graciela Baquero en la antigua Residencia de Estudiantes sobre “Creatividad en la Escritura: De la normalización al Vanguardismo”. Allí se encontraron por primera vez Andrea, Cristin, Pablo y Almudena

En octubre de ese mismo año, en un ciclo de conferencias que Graciela estaba dando en el Circulo literario Bukosky coincidieron de nuevo los cuatro y conocieron al resto de los que un mes mas tarde conformarían el grupo: Pancheva, Paloma, Alberto y Eduardo Waisman. Por Eduardo, Andrea procesaba una gran admiración. Argentino, y mayor que el resto, llevaba muchos años escribiendo y viajando por el mundo.

Decidieron juntarse todas las semanas con la idea de leer sus escritos intentando hacer cosas diferentes cada vez. Colgaron sus textos en lo que en esa época se llamaba blogg y se pusieron como nombre Exasperados. El grupo quería recuperar las tertulias de la generación del 27 de principios del siglo XX. Constituían un grupo bastante cerrado a que otros participaran en sus reuniones ya que según ellos si se abrían llegarían a imponerse ideas ajenas y es justo lo que intentaban evitar. Eran bastante anárquicos sobre los temas que escribían haciendo básicamente lo que les daba la gana. Andrea fue sin lugar a dudas la que más impulsó la critica literaria y el análisis de los textos dentro de Exasperados con el apasionamiento que le caracterizaba.

Se reunían los miércoles en un bar de la calle San Bernardo de Madrid. Comenzaban a las ocho de la tarde y terminaban a veces rondando las cuatro de la mañana según la semana. Andrea se solía ir antes que los demás. Acababa de empezar a trabajar, y tenía bastantes guardias

Al año el grupo se amplió con cinco miembros que serian ya los últimos en incorporarse: Pablo rural, Ana, Juan, Carmen y Zeneida. Andrea desde el inicio apoyo esta apertura. Su sociabilidad hizo de enlace y facilitó la integración.

Parece ser que en junio de 2008 el escritor Villa Matas, entró una noche en el bar en donde se reunían para buscar cambio para un parkímetro de los de esa época y mientras esperaba en la barra se fijó en un grupo que estaba sentado en una mesa cercana .Vio a una joven de pelo largo morena que sentada encima de una mesa leía maravillosamente un relato sobre un socavón en un salón que cada día iba haciéndose mas grande hasta el punto de aislar a las personas que vivían dentro de la casa. Después de leer el relato observó asombrado como el resto del grupo se lanzaba a desmembrarlo con críticas y risas. Hasta tal punto llegó su asombro que decidió sentarse a escuchar. Le dijeron que no podía hacer eso a no ser que leyera algo suyo, que tenían un decálogo que no lo permitía Juanito uno de los jóvenes ampliados admirador de Villa Matas, puso un grito en el cielo y dijo que por favor se hiciera una excepción. Andrea intercedió por él ante el resto y le dejaron quedarse solo con la condición de que si no leía, que por lo menos se emborrachara y acabara con ellos la noche borracho, enamorado y solo. Villa Matas parece ser que accedió aunque no sabemos si llego a cumplir las tres condiciones.

El decálogo, que no tenía diez reglas y Andrea siempre defendió que era perfecto que no fueran diez, consistía en:

-Elegir un autor cada tres meses y leer toda su obra hasta terminar odiándole
-Adorar a Graciela como musa de los Exasperados
-Realizar un análisis crítico de cada texto
-Escribir lo que a cada uno le diera la real gana
-Leer absolutamente todo lo que caiga en las manos de cada uno
-No dejar que ninguna persona ajena al grupo participara en las lecturas
-Prescindir completamente de cualquier tipo de teoría literaria
-Eliminar de Boris Vian, el adjetivo de escritor. Ante esta propuesta de Andrea, Crsitrin y Almudena se negaron en rotundo. No se sabe como acabó el debate

-¿Qué paso con ellos?

Desaparecieron de repente. A raíz del artículo de Villa Matas. Empezaron a llegar muchos curiosos al bar que pedían participar en las lecturas y pertenecer al grupo. Otros simplemente sólo querían escuchar. Llegó un miércoles un periodista que les quería filmar., Parece ser que le llenaron la cámara de lacón después de decirle varias veces que les dejaran en paz.Empezaron a sentirse agobiados. No querían cambiar de bar. y aunque quedaban otros días y a distintas horas pronto vieron que ya no era lo mismo, Empezaron a formarse en otros lugares tertulias similares pero con el fin de dar a conocer los escritos .Los Exasperados reclamaban su intimidad y veían que estos nuevos grupos habían perdido según ellos el espíritu de creación literaria . Decidieron no publicar nada y mantenerse sólo en un efímero movimiento. Eliminaron sus referencias en la Web.

Susana me miro y saco de su bolsa un paquete. Me lo dió. Era una copia de “Retrato al otro lado de la mesa”, firmado por Andrea Romera en febrero de 2008 sobre la figura de Eduardo Waisman enviado desde Buenos Aires y una foto de un grupo de jóvenes en un bar de principios de siglo junto a unos jamones colgando .

Isla



Siento miedo de mi mirada..camaleónica…
A través de ella los colores se diluyen

La neblina hace desaparecer los sentidos
Me transformo en cada instante
Muero y revivo en cada cambio de color
Ahora el agua es mercurio

Puedo permanecer un instante en la quietud?
Soy invisible.. solo se ven mis ojos
Se escuchan mis pasos sobre la superficie del agua

Tengo miedo de mi mirada
Hace que los pies vayan a veces por delante
Pronto cambiara mi rumbo ¿ en que momento me detendré?

Me sumerjo en la cortina grisácea que solidifica mis huellas, desvaneciendo célula a célula….
Regreso al embarcadero

El agua espesa se desliza suavemente por la superficie. Las gotas me salpican brillando como luciérnagas a medida que avanzan hacia la orilla.
Me convierto en sombra. Despierto en la oscuridad.

La llamada

El señor del cuarto ha muerto a las 17.23 me dijo Doña Maria apenas puse el pie en el descansillo del primero, mientras subía con las bolsas de la compra intentando llegar a mi casa, un piso mas arriba. Me estaba esperando con medio cuerpo fuera de la puerta y el cordón de la bata rodando entre sus pies.

No había manera de librarme esta vez, pensé.. iba a tener que quedarme a escuchar quisiera o no . Ella estaba firmemente decidida a no dejarme pasar al segundo tramo de escaleras Me había debido de oler desde el portal o verme llegar por el balcón . Resignada ,deje las bolsas en el suelo. El plástico me estaba guillotinando las manos.

Le ha dado un infarto.. Vaya `pobre hombre dije yo compungida. Han venido sus hijos y todo ….Claro claro …Doña Maria desde que se quedo viuda, intenta pasar la mayor parte de su tiempo hablando con quien puede y haciendo de detective el resto. Su ansia de conocimiento de las vidas ajenas es encomiable. Yo intento no hacer ruido cuando paso delante de su puerta llegando incluso a ir de puntillas o descalzarme para que no me oiga Mi casa para ella tiene una atracción especial. … Un piso compartido con gente entrando y saliendo.

Al principio de vivir en la calle Limón, en cuanto podía me enganchaba en la escalera para que le pusiera la lavadora en el programa 3 ya que ella no veía bien los números y de paso hacerme el interrogatorio y contarme la vida de cada vecino. En su lavadora estaba marcado el número ,con un circulo con una flecha y en rojo . Imposible no verlo .Ella misma me decia.., éste , es , el tres… el que me tienes que poner ... Es que yo no veo bien guapa..-- . Con el tiempo descubrí que también veía muy bien de lejos.. Desde su balcón era capaz de distinguirme estando yo en la esquina de la calle, esperar a que entrara en el portal, para salir justo cuando pasara por delante de su casa. Su buena vista se juntaba con una gran capacidad para calcular distancias y tiempos.

Ahora van a dar una misa en la escalera para que puedan ir todos los vecinos.. También han venido sus nietos. Pobre hombre.

Como no solía obtener mucha información de mi, una vez decidió subir y averiguar. Un día que sonó el timbre, al abrir la encontré sujetándose la falda con las manos. Entró diciendo que necesitaba orinar, que su baño estaba estropeado.. . Pase usted…Le indique donde estaba el servicio y aprovechó para dar un giro de cabeza que me hizo dudar de su artrosis cervical de la que se quejaba regularmente. Llevaba toda la mañana aguantándose , había llamado antes pero no contestaba.. y ya no podía mas .. Lo entendí. Imagine que era mucho mas interesante orinar en mi casa que en cualquier otra .

Se ha muerto en su cama… como mi difunto esposo … Yo ya había recuperado la circulación en las manos . Parece que ser que emitió un pequeño quejido antes de morir…..

Otra de las veces que su olfato instintivo le aviso que yo iba a salir se abalanzó sobre mi cuando puse el pie en el ultimo escalón antes de llegar a su puerta para preguntarme si era de mi casa de dónde habían salido dos chicas negras por la mañana. Ahh si dos amigas francesas de quique que han pasado el fin de semana Noo francesas nooo.. negras pero muy negras dijo bajando la voz...de algun pais de esos. Siiii si son Paris .. .. que no noo.. hablaban en un idioma muy raro. Claro el frances… . No, francesas no eran. Pues ahora si que ya no quien a se refiere usted Maria.

Han venido del Samur pero ya era tarde.. Ha muerto en sabado santo.. Con el cinturón de la bata estaba haciendo figuritas de tanto retorcerlo. La pierna ya me empezaba a molestar de estar de pie . Me había caído por una alcantarilla y tenia diez puntos en zig zag cosidos con un hilo negro de la guerra civil. Nada grave. Aparte de no haberme podido ir de vacaciones , quedarme sin pantalón vaquero , tener las dos piernas llenas de magulladuras ,el estomago destrozado por dos cajas de antibióticos junto con una erupción cutánea y una almorrana, no había sido algo de mucha importancia.

Tu novio es el del pelo rizado? Ya no podía mas . Sonó mi móvil. Me llaman Doña Maria luego la veo a usted.

1 de octubre de 2008

Grieta

Se revela la tierra
Instantes de confusión tras el sueño interrumpido

Un fuego interno en su cuerpo la conduce hacia el laberinto de grietas,
Atraviesa las dunas… inquietantes sombras de arena
Barreras móviles que la separan de la fragilidad del cambio.

Incertidumbre
Campo de fracturas

Se diluye en el río de lava,
Se hace invisible
Relación liquida con su cuerpo
Simbiosis eterna al salir

El fuego se apaga,
Ruptura y cambio
Las inquietudes se atenúan...se calma la espera.